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Revista Nature: ¿Puede Cuba vencer al COVID con sus vacunas de cosecha propia?

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Vicente Vérez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas. Foto: Irene Pérez / Cubadebate.

Si todo sale según lo planeado, Cuba podría ser el primer país latinoamericano en desarrollar y fabricar su propia vacuna contra el COVID-19.

Vicente Vérez Bencomo, director general del Instituto de Vacunas Finlay estatal en La Habana, donde se creó una de las vacunas candidatas más avanzadas de Cuba, cree que las posibilidades son buenas. El candidato, llamado Soberana 02, entró en ensayos de fase III en personas en marzo. Es una de las dos vacunas de cosecha propia del país, la otra se llama Abdala, para llegar tan lejos.

Y no un momento demasiado pronto. Aunque Cuba tuvo pocas infecciones durante la mayor parte de 2020, los casos de COVID-19 comenzaron a aumentar en la nación insular de 11 millones de personas después de que reabrió sus fronteras al turismo en noviembre pasado. Las infecciones alcanzaron su punto máximo el 24 de abril, con casi 5.800 casos activos.

Cuba es uno de los últimos países comunistas que quedan en el mundo y ha soportado décadas de embargos comerciales impuestos por Estados Unidos, que le cortaron el acceso a suministros esenciales. Vérez Bencomo dice que es esta historia la que le ha dado al pueblo cubano una veta independiente, lo que lo ha impulsado a crear su propio jab de COVID-19 en lugar de unirse a la iniciativa internacional COVAX, que tiene como objetivo distribuir vacunas de manera justa en todos los países.

Incluso Soberana 02 tiene una racha independiente, funcionando de manera diferente a otras vacunas en juego. El jab es una vacuna «conjugada», que une un antígeno más débil con uno más fuerte para asegurar una respuesta inmune vigorosa. Para hacer Soberana 02, los científicos de Finlay acoplaron fragmentos de la proteína del pico del coronavirus a una forma desactivada de la toxina del tétanos, un poderoso antígeno que puede estimular la producción de células inmunes y anticuerpos.

Nature habló con Vérez Bencomo sobre Soberana 02, la decisión de Cuba de ir en solitario y las dificultades de hacer ciencia bajo un fuerte bloqueo económico.

¿Cuándo se unió Finlay a la carrera de la vacuna COVID-19?

Alrededor de mayo de 2020, hubo un llamado importante de nuestro presidente, Miguel Díaz-Canel, para que cualquiera que pudiera desarrollar una vacuna contra el coronavirus lo hiciera. Fue muy importante para nosotros. Previmos que cuando las vacunas estuvieran listas [en otras partes del mundo], tardarían mucho en llegar a países como el nuestro.

Por supuesto, al unirnos a la carrera, tuvimos que abandonar otros proyectos. Detuvimos un ensayo clínico con una vacuna contra el neumococo. Teníamos una vacuna contra la tos ferina muy innovadora que también interrumpimos. No fue posible seguir haciendo nada más.

¿Cuántas vacunas diferentes está probando Finlay en este momento?

Disponemos de tres vacunas de la serie Soberana. Estamos probando Soberana 02 con 44.000 personas, algunas de las cuales reciben un placebo, en un ensayo de fase III. Y debido a la urgencia, también estamos realizando otro ensayo de eficacia en 75.000 personas sin placebo. Debido a que no todos se vacunan al mismo tiempo, las personas que esperan su vacuna servirán como grupo de control.

Éticamente, es demasiado tarde para lanzar nuevos estudios con placebo en Cuba porque los casos de COVID-19 están aumentando. Entonces, para probar Soberana 01 [una vacuna no conjugada que contiene pares de fragmentos de proteína de punta, así como componentes de las capas externas de las bacterias meningocócicas para estimular la respuesta inmune], estamos diseñando un protocolo para compararlo con Soberana 02, en lugar de usar un placebo. Estamos esperando la aprobación de la autoridad reguladora nacional de Cuba para comenzar el ensayo de fase II.

También tenemos una prueba con 450 personas convalecientes, que se recuperaron de COVID-19 o estaban asintomáticas, en la que estamos probando Soberana Plus, una dosis de refuerzo que contiene fragmentos de proteína de pico. Esta vacuna está diseñada para volver a estimular la inmunidad inicial que las personas obtuvieron de una infección anterior.

¿Cómo se ven los resultados de Soberana 02 hasta ahora?

Lo que puedo revelar es que durante las fases previas del ensayo, dos dosis de Soberana 02 generaron una respuesta de anticuerpos en aproximadamente el 80% de las personas vacunadas. Pero la aplicación de una tercera dosis de refuerzo de Soberana Plus elevó ese porcentaje al 100%, todos ellos con anticuerpos neutralizantes que pueden bloquear la entrada del virus en las células.

¿Hasta qué punto protegerá eso a las personas de la muerte? Estoy seguro de que los protegerá. ¿Hasta qué punto protegerá eso a las personas de enfermedades graves? Es parte de lo que tiene que probar el ensayo de eficacia [fase III], pero creemos que lo hará. Creemos que deberíamos tener los resultados listos para publicar en junio.

Hablé sobre el nombre de la línea de vacunas, Soberana, que se traduce como «soberano». En una reunión que tuvimos con el presidente, nos dijo que necesitábamos tener soberanía sobre nuestras vacunas.

Después de que anunciamos el primer ensayo de Soberana, a la gente le gustó tanto el nombre que fue imposible cambiarlo. Esto fue tomado con tanto orgullo en Cuba que no tuvimos más remedio que llamar a la vacuna Soberana. La gente realmente confía en lo que hacemos. Siempre tenemos tres veces más personas alineadas para participar en ensayos clínicos de las que necesitamos.

Cuba planea inocular a todos sus ciudadanos con sus propias vacunas. ¿Tendrá los recursos para hacer eso?

Estamos acelerando la producción para que cuando se realicen los estudios de Soberana 02 podamos obtener la autorización para uso de emergencia. Esperamos que esto no tome mucho tiempo, porque tenemos una incidencia muy alta de COVID en Cuba en este momento, especialmente en La Habana.

Ante esta emergencia, estamos reorganizando nuestras capacidades de fabricación. Creemos que en algún momento de este año deberíamos poder producir alrededor de diez millones de dosis al mes.

Tenemos mucha demanda de vacunas en este momento, mucho más de lo que podríamos suministrar. De modo que buscamos compromisos serios [para suministrar jabs en el exterior] con anticipos que nos permitan invertir los recursos que no tenemos en producción.

¿Por qué actuar solo para desarrollar vacunas en lugar de unirse a COVAX?

Esta es una pregunta compleja. Hay iniciativas internacionales que respeto muchísimo. Que los respete es una cosa, si creo en ellos es otra.

Queríamos confiar únicamente en nuestras propias capacidades para vacunar a nuestra población, no en las decisiones de otras personas. Y la vida nos está dando la razón. Lo que estamos viendo en todo el mundo es que los países ricos acaparan los suministros de vacunas.

¿Cómo encontró Cuba los recursos para fabricar sus propias vacunas COVID-19?

Somos un país muy pobre. Les puedo asegurar que ni un centavo del dinero utilizado para fabricar medicinas o comprar alimentos, que son ambos escasos en este momento, se ha desviado para la fabricación de vacunas COVID.

Todo ha sido un gran esfuerzo individual de cada una de las instituciones que están trabajando en esto. Todos hemos tomado los recursos que teníamos para otros proyectos y los hemos puesto en esto. Y hemos tenido que ser creativos al respecto. Nuestros científicos están acostumbrados a hacer mucho con muy poco.

¿De qué manera ha afectado el embargo comercial de Estados Unidos al desarrollo de vacunas?

De muchas maneras. Tenemos un bloqueo estadounidense que no es eufemístico en absoluto, es muy real.

Las empresas que nos han estado vendiendo materiales durante 60 años, bajo la administración del ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se asustaron y nos dijeron: «Lo sentimos, no podemos seguir cooperando con ustedes porque tenemos miedo de perder nuestro comercio con América del Norte».

Es muy difícil. Pero los cubanos no nos dejamos golpear. Estamos acostumbrados a luchar contra viento y marea.

Esta entrevista ha sido editada por su extensión y claridad.

(Tomado de Nature / Traducción al español Cubadebate)

Preguntas Frecuentes

Estas son algunas de las interrogantes más frecuentes sobre las vacunas cubanas. Intentamos aclarar sus dudas, si tiene otra inquietud déjenos su comentario.

Preguntas frecuentes
¿Cuáles han sido los principales eventos adversos de las vacunas cubanas?
Las vacunas cubanas están basadas en la plataforma de obtención de proteínas recombinantes, ampliamente conocida por su seguridad. Los inmunógenos vacunales que se obtienen por esta vía se caracterizan por su seguridad, baja reactogenicidad e inducción de una respuesta inmune potente. Con ninguna de las tres vacunas cubanas —Abdala, SOBERANA®02, SOBERANA®Plus— ni con los candidatos vacunales SOBERANA®01 y Mambisa, se han reportado eventos adversos graves relacionados con la vacunación. Los eventos adversos más frecuentes son leves, locales y de corta duración, fundamentalmente dolor en el sitio de la inyección, cefalea y somnolencia.
¿Pueden contagiarse con el SARS-CoV-2 los individuos que ya se han inmunizado?
Sí, ello puede suceder. No son pocas las personas que reiteran esta interrogante y comentan incluso sobre ejemplos de familiares y conocidos que “habían recibido la vacuna y sin embargo resultaron positivos a la COVID-19”. Para intentar responder esta inquietud, el primer paso es tener claridad sobre qué significa realmente estar vacunado, y en segundo lugar comprender cuál es hasta el momento la función de las vacunas anticovid existentes. ¿A qué nos referimos cuando decimos que un individuo está vacunado? Lo primero es entender que el hecho de recibir una única dosis de vacuna no hace que estemos inmunizados, por lo que la idea de sentirnos protegidos sin haber completado el esquema de inmunización diseñado para cada vacuna está lejos de ayudarnos a la tan necesaria percepción de riesgo. Por ejemplo, tanto para la vacuna Abdala, como para la vacuna SOBERANA®02 en su esquema heterólogo junto a SOBERANA®Plus, un sujeto estará mejor inmunizado cuando reciba las tres dosis de la vacuna. En el caso de Abdala, es un esquema de aplicaciones separadas por 14 días que muestra una eficacia superior al 90% (0, 14, 28 días); mientras que para SOBERANA®02, se aplican dos dosis de este inmunógeno (con las cuales su eficacia supera el 60%) más una de refuerzo de SOBERANA®Plus, con la que la eficacia sube a más del 90%, a intervalo de 28 días. (0, 28, 56 días). Después de aplicada la tercera dosis la respuesta inmune se incrementa considerablemente, es decir aumenta a niveles deseados, en términos de anticuerpos neutralizantes del virus. En otras palabras, para que una persona esté en mejores condiciones frente a la exposición al virus SARS-CoV-2, necesita que esa respuesta inmune ocurra y se desarrolle, y para ello se necesitan dos condiciones mínimo: que el individuo haya completado el esquema de inmunización y que haya transcurrido un tiempo no menor a los 14 días después de hacerlo. En ambas vacunas (Abdala y SOBERANA®) luego de 14 días de administrada la última dosis, se obtuvieron los mayores porcentajes de eficacia. De hecho, lo que podemos esperar de las vacunas está estrechamente relacionado con este último aspecto, y es que la eficacia vacunal está dada por la proporción en que el inmunógeno reduce la probabilidad de que la persona enferme de COVID-19, es decir, desarrolle síntomas clínicos de la enfermedad. Puede estar cursando la covid de manera asintomática o incluso resultar ser PCR positivo. La eficacia entonces, se expresa en la manera en que la inmunización evita que una persona infectada enferme y transite a formas graves o críticas de la enfermedad, o incluso a la muerte. Tanto para Abdala como para SOBERANA®02, la variable principal del estudio en sus ensayos fase III, es la eficacia contra la enfermedad sintomática, que resultó ser de 92.28% y 92.4%, respectivamente. Asimismo, ambos productos en su fase III de ensayos clínicos encontraron que la eficacia en la prevención de la muerte y la enfermedad sistémica severa fue significativamente mayor; alcanzándose un 100% de prevención para los dos inmunógenos. No se reportó ningún fallecimiento en el grupo estudio vacunado. Una vacuna es más efectiva, o está más cerca de la eficacia alcanzada en un ensayo clínico, mientras mejor sea el proceso y el programa de inmunización, y ello implica en primer lugar autocuidado y adherencia al esquema de aplicación del producto. ¿Qué otros factores pueden incidir en que aún luego de la vacunación, un número de personas pueda contagiarse con el coronavirus? La respuesta individual de las personas a la vacuna es diferente y no depende solamente de que esta sea buena en términos generales, ni de que genere un estímulo del sistema inmune, porque la respuesta inmune de cada individuo depende de su edad y de sus comorbilidades, por ejemplo. Asimismo, aun estando vacunados, es más probable que aquellas personas con mayor nivel de exposición al riesgo se infecten con mayor frecuencia, si bien estarían igualmente protegidos contra la enfermedad grave y la muerte. Por ejemplo, no están expuestos al mismo riesgo los trabajadores de la Salud que laboran diariamente con personas enfermas —incluso pueden atender a personas infectadas por diferentes variantes del virus—, a quienes están en sus casas, recibiendo solo la influencia de sus familiares. En las epidemias, para evitar las grandes crisis sanitarias, es muy importante evitar los eventos de superdispersión, o sea, aquellos que se producen en lugares donde pueden contagiarse gran cantidad de personas. Cuando las personas se exponen en sitios de gran concentración de población, el riesgo de contagiarse es mayor, sobre todo en un ambiente de cocirculación de varias variantes del virus. Para lograr un real impacto sobre la infección hay que incrementar significativamente las coberturas vacunales; es decir, se necesita un porcentaje grande de población protegida que permita reducir la circulación viral y evitar la infección. Por eso no es extraño que personas vacunadas puedan infectarse. En este minuto, lo importante con las vacunas es evitar que transiten a formas graves o severas de la enfermedad. Por otra parte, existen nuevas variantes del virus que pueden escapar al efecto de las vacunas, como la beta (notificada por primera vez en Sudáfrica) y la más reciente variante, ómicron; incluso aunque las personas hayan recibido su dosis de refuerzo. Si el organismo no tiene elevados títulos de anticuerpos neutralizantes —que pueden estar mediados por su respuesta individual— entonces puede la persona infectarse. Por ejemplo, hay una reducción de la respuesta inmune en las personas de mayor edad o en aquellos que tienen algunas comorbilidades, y esto no solo ocurre con las vacunas contra la covid, sino en todas, porque siempre hay personas que son “no respondedores”. A pesar de estar vacunado un individuo puede infectarse con la variante original del virus y con mayor probabilidad con las variantes mutadas del virus que vinieron después, pues la respuesta de las vacunas es menos específica. Sin embargo, se ha demostrado que los anticuerpos neutralizantes cuando están en niveles elevados pueden también neutralizar al virus mutado. En estos momentos, la vacuna contra la covid añade valor al efecto de las medidas sanitarias que se ejecutan—nasobuco, distanciamiento e higiene—, por eso la población debe entender la necesidad de protegerse hasta tanto se haya vacunado un nivel significativo de población que posibilite impactar sobre la circulación del virus”. La cuestión fundamental es que si usted es de las personas que ya se ha vacunado, no se confíe y ayude a su sistema inmune cumpliendo con las medidas establecidas. En términos sencillos dele tiempo para responder.
¿Es posible combinar las vacunas cubanas entre sí?
Los inmunógenos cubanos están desarrollados sobre la plataforma de vacunas de subunidades y se basan en la proteína RBD producida en levaduras (Abdala) y células de mamífero (SOBERANA®) respectivamente. Ello les ofrece ventajas respecto a su seguridad. Está demostrado a nivel internacional que la combinación de vacunas heterólogas eleva la respuesta inmune. El hecho de que Cuba disponga de cinco compuestos vacunales contra la covid basados en proteínas, le permite tener ventajas en términos de inmunogenicidad cuando se combinen las vacunas para el refuerzo. De hecho, uno de los esquemas de inmunización ampliamente utilizados en el país, y particularmente en población pediátrica es el esquema heterólogo de dos dosis de SOBERANA®02 más una dosis de SOBERANA®PLUS, que combina ambas vacunas y obtiene así una mejor respuesta inmune en los individuos. Asimsimo, los estudios realizados en el país avalan que independientemente del esquema primario de inmunización que se haya recibido, tanto la vacuna Abdala, del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), como SOBERANA®PLUS, del Instituto Finlay de Vacunas (IFV) son intercambiables para su uso como dosis de refuerzo y pueden ser utilizadas con este propósito. Estudios similares con SOBERANA®01 y Mambisa, para su combinación como dosis de refuerzo con las vacunas Abdala y SOBERANA®02 se desarrollan en estos momentos, con resultados excelentes.
¿Una persona vacunada con los inmunógenos cubanos puede recibir otra vacuna anticovid como refuerzo?
Sí. De manera general se ha observado que la combinación de vacunas induce una respuesta inmunitaria más amplia para cubrir las nuevas variantes de SARS-CoV-2 que están surgiendo. Científicos cubanos han estudiado cómo se comporta la combinación de vacunas anticovid cubanas con otras existentes en el mundo. Las evidencias de efecto booster que se han obtenido han sido satisfactorias.
¿Cada qué tiempo debe recibirse el refuerzo anticovid?
Una dosis de refuerzo es aquella adicional que se administra a una población vacunada que ha completado una serie de vacunación primaria (tres dosis de la vacuna contra la COVID-19 en el caso de Cuba) cuando, con el tiempo, la inmunidad y la protección clínica han caído por debajo de un índice que se considera suficiente en esa población. La protección que confieren las vacunas contra la COVID-19 puede disminuir con el tiempo. Los datos demuestran que la eficacia disminuye más o menos de 4 a 6 meses después de la primera tanda de vacunación. Una dosis de refuerzo aumentaría su protección contra la enfermedad grave. Los resultados de estudios en sujetos inmunizados que tienen entre seis y cinco meses de haber recibido la última dosis del esquema—tanto con Abdala como con SOBERANA®— evidencian que todavía persisten niveles importantes de anticuerpos en estas personas Teniendo en cuenta estos resultados obtenidos, se decide iniciar la aplicación de la dosis de refuerzo a partir de los seis meses de la última. El objetivo de la dosis de refuerzo es reestimular a los linfocitos b productores de anticuerpos y dado que existe una memoria inmunológica deben producir niveles de anticuerpo que deben superar los obtenidos con la primovacunación. Tanto la vacuna SOBERANA®PLUS como el candidato vacunal SOBERANA®01 han demostrado racionalidad para ser empleadas como booster, solo que la primera ya tiene autorizo de uso en emergencia y la otra está cerrando sus estudios para hacer la solicitud a la agencia reguladora.

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